¿TENÉIS ALGUNA PREGUNTA?

¡Hola a todos!

Hoy vuelvo a escribir sobre ese nudo en la garganta que se te pone cuando te empiezan a hacer preguntas como si fueran Einsteins y que por más que digas “tierra, trágame”, las dudas se van agolpando y caen de repente una tras otra como un jarro de agua fría.

El otro día estaba de cañas con mi compi de trabajo cuando retomamos el tema de las dichosas dudas. Ella tiene una alumna (“la pelirroja”) que no la querría ni el mejor profesor del mundo ni esos enrollados que salen en las pelis de las que siempre hablo. Pobre. Mi compañera, claro. Lo de su alumna es una locura, dice que le pregunta hasta los motivos por los que aparecen comas en una diapositiva. ¡Gracias a Dios que no me ha tocado a mí!

Entonces, yo le conté que el viernes pasado metí la pata hasta el fondo fondo.
Habían ido a clase solo 6 alumnos de unos 20 (sí, suele pasar mucho) y como en general hay muy buen ambiente y nos llevamos bien, cuando les repartí los deberes corregidos y después de darles la charla sobre que ya tienen nivel suficiente para dejar de escribir como indios, se me escapó la temida frase sin poder hacer nada por volver atrás: ¿tenéis alguna pregunta? (en mi cabeza la digo a cámara lenta y sonriendo hasta que me doy cuenta de lo que acabo de decir). Para disimular, les digo que me encantan las preguntas y que ellos me pregunten pero obviamente me salió el tiro por la culata.
Viñeta de La Ché

Ni corta ni perezosa, una chica me preguntó lo que me llevaba yo preguntando desde hacía días después de corregir 80 redacciones: ¿cuál es la diferencia entre estar ocupado, estar ajetreado/atareado y haber bullicio?
Lo intenté explicar como pude, les lié más, intenté hacer un esquema, seguían con cara de alucinados, lo busqué en el móvil y me rendí tras decir la mítica frase “el próximo día os digo la respuesta”.

Después del mal trago, me hicieron una aún peor diciéndome de antemano que sería fácil. ¿Pero por qué van a saber si una pregunta es fácil si no saben la respuesta! En fin, la pregunta era: ¿cuándo se pone aún, todavía y ya? Y vuelta al lío. Aunque esta vez me conseguí sobreponer dando una explicación decente y les pedí por favor que continuáramos con otra cosa pero ¡no! Otra pregunta estaba en camino.
Antes de que la hiciera, les dije que retiraba lo de que me encantaban las preguntas, que ahora las odiaba. Se rieron pero con risa malvada, claro, porque alargaron la situación todo lo que pudieron.
Esta era más fácil pero venía de la chica más lista de la clase y me dio la sensación de que me sudaba la espalda: ¿por qué nos dijiste que siempre se dice “POR la mañana” y has cambiado mi frase por “a las 7 DE la mañana”? ¡Jesús!
Una vez contesté y me confesaron que ahora todo tenía sentido, les prohibí que me hicieran más preguntas durante la clase y pasé a lo siguiente.

Eso sí, a veces te preguntan y sales airosa creyéndote que eres la Diosa de la Inteligencia. Como aquella vez que una alumna me preguntó que por qué a veces usted se abrevia como Ud. y otras como Vd. Recuerdo que esa vez respiré hondo, me salió bien y entonces aproveché para presentarles a mi querida RAE, sus acepciones y el correspondiente término en latín “vusted” que viene de “vuestra merced” y que está en desuso. Batalla ganada.

Viñeta de Luis Davila para Faro de Vigo

Otras veces soy yo la que les hago preguntas y reconozco que las hago por dos motivos: uno, porque me parecen interesantes y dos, porque sé que no me van a saber contestar y eso ¡me encanta!
Por ejemplo, el otro día les pregunté el significado de macarrones y me miraron con cara de “esta se piensa que somos tontos”. Pues efectivamente se pensaban que era o el postre francés (macarons) o los macarrones con toneladas de queso que son mucho más pequeños que nuestros bonitos y alargados macarrones y tienen una pinta asquerosa (macaroni).

También les pregunté el significado de “chocolates” en inglés y volvió a pasar lo mismo aunque ya tengo identificados a los que les gusta este juego tanto como a mí. Pensaban que simplemente era chocolate pero cuando descubrieron que significaba bombones, alucinaron. Reconozco que pasé un poco de vergüenza porque por lo visto, según una alumna, el primer día de clase ya comenté el significado de “una caja de bombones”. Una de dos, o estoy obsesionada o no sé cómo hacer ya para que me regalen una.

La última pregunta que les hice sobre comida fue la palabra “bocadillo”. Ahí pasó de todo: luché contra mi alumna italiana para que no llamara al bocadillo panini, contra los que decían que era como lo que se come en Subway y contra los que preguntaban si era la traducción de sándwich.
Le dije a la italiana que el panini en España se come tostado y a los otros que nosotros también tenemos sándwiches, acentuados y todo, pero que el pan era la diferencia principal y que esto era pan-pan. Se quedaron igual porque los pobres no saben lo que es pan-pan (ni baguettes ni chapatas ni hogaza ni mollete y ya paro).
Les dije que de deberes tenían que ir a España y comerse un bocadillo y entonces fue cuando una alumna dijo que ella había comido una vez uno de tortilla de patata. De repente, el resto de la clase se sublevó no dando crédito a lo que oían; ¿comer pan con patatas! Ahí ya me enfadé y les dije que fin del tema, que a otra cosa mariposa y que no se metieran con el manjar de los manjares hasta que no lo hubieran probado. Ah, y que si está seca que se echen mayonesa.

En fin, que sea como sea esto es el pan de cada día (nunca mejor dicho) y que por suerte o por desgracia enfrentándonos a preguntas y aprendiendo a resolverlas es como mejor se aprende, así que paciencia, alumnos, si vuestro profesor no sabe contestar y paciencia, profes, si llegan a clase con un pergamino de preguntas.


¡Ánimo con el resto de semana! :)

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